Si nos ceñimos a lo que dice la ley, tan sólo puede abrir una puerta el propietario de una vivienda o local, o un cerrajero autorizado por él. Estos dos casos son los realmente legales, ya que ante todo una persona que insta a que se abra una puerta, debe acreditar su condición de propietario.
Tan sólo la ley contempla que existen excepciones, como son las que obedecen a causas de fuerza mayor. Incendios, actos delictivos, donde a veces no se puede esperar la autorización de un juez.
También en casos accidentales, como niños o ancianos encerrados en situaciones de peligro. En general, en todos aquellos casos donde la vida de una persona esté en juego, tanto la policía como los bomberos podrán actuar y derribar la puerta si es necesario.
Con el gran problema de la ocupación de viviendas en nuestro país, cada vez los cerrajeros toman más precauciones a la hora de abrir una puerta, ya que en definitiva son los legalmente responsables si tras hacer su trabajo, se produce alguna irregularidad.
Es triste, pero es así. Ningún verdadero profesional del mundo de la cerrajería tocará una puerta si no es bajo el consentimiento expreso del dueño.
Nuestros profesionales de cambiar Cerraduras Madrid han visto todo tipo de casos. Desde personas sospechosas de intentar ocupar una vivienda hasta supuestos inquilinos, que en realidad son ladrones, y que desean que un profesional les abra la puerta limpiamente para no dejar rastro.
Y es que lo que hace unos años era habitual, es decir llamar a un cerrajero ante la pérdida de llaves o el caso de que nos las hayamos dejado dentro, ahora requiere de mayor seguridad por parte de los cerrajeros, que se pueden ver envueltos en problemas de los que no tienen culpa alguna.
Cuando tenemos una urgencia con una puerta que no podemos abrir, y solicitamos los servicios de un profesional de la cerrajería, lo primero que debemos tener presente es lo que solicita un cerrajero para abrir una puerta son los documentos o pruebas que certifiquen que estas solicitando abrir una puerta de tu propiedad.
Por tu propia seguridad, el cerrajero debe solicitar a la persona que contrata el servicio que aporte los documentos que prueban su identidad y la propiedad del inmueble al que desea que se le abra la puerta.
Es decir, por un lado, debe poder identificar a la persona que solicita el servicio, y por el otro, debe acreditar la propiedad, ya sea con un documento, una autorización escrita, firmada y acompañada con el DNI del titular.
De lo contrario, si abren la puerta a los ladrones, serán igualmente responsables de esta imprudencia. Todos los profesionales cerrajeros, requieren pruebas antes de abrir una puerta y dejar acceder a cualquier persona en una vivienda o local.
Ha pasado, sobre todo en estos tiempos que vivimos, que una persona solicita el servicio de cerrajería como si hubiera perdido las llaves u olvidado dentro, pero no es así. Ya que quién solicita el servicio no es el propietario, ni un inquilino o una persona autorizada, sino alguien que conociendo que el propietario se encuentra de viaje quiere acceder al lugar.
Lo que se debe tener en cuenta antes de avisar al cerrajero
Aunque ahora no lo creas, en algún momento de tu vida, vas a necesitar de los servicios de un cerrajero profesional. Bien porque te has dejado las llaves dentro, por robo o por extravío de las mismas. También porque la llave se ha atascado dentro del bombín, o se ha partido. Será entonces cuando deberás llamar a un cerrajero de confianza para que solucione el problema y puedas acceder a tu vivienda. Sólo un buen profesional del mundo de la cerrajería quien definitivamente podrá ayudarte durante estos momentos desesperantes y estresantes que provoca el hecho de no poder acceder a tu domicilio.
Lo primero que se suele hacer, antes de tocar la puerta, es rellenar una especie de solicitud donde quede claro la titularidad de la vivienda por tu parte. Este documento servirá para que el profesional pueda trabajar con toda tranquilidad.
El cerrajero acudirá al sitio que le indiques, pero antes de proceder, debes entregar toda la información necesaria que solicita un cerrajero para abrir una puerta. Verificando tu identidad y constatando tu relación con la propiedad a la que quieres acceder.
Este proceso de verificación es importante, porque es el que le permite al cerrajero pasar al proceso de evaluación, donde se examinará el problema, te proporcionará una estimación de los costos, ya sea por reparar o reemplazar una cerradura o bombín y además te indicará el tiempo que necesitará para hacerlo.
De esta manera el cerrajero vela también por tu seguridad, asegurándose de que no está infringiendo la ley al constatar tu identidad y validando que eres el propietario, arrendador o persona autorizada de la misma. Después de la verificación y la etapa de evaluación, es que el cerrajero procede a realizar el trabajo, una vez tú le has dado el visto bueno al resultado de la evaluación.
El último paso en el servicio que le presta un cerrajero consiste en la entrega de una factura detallada costando detalladamente cada servicio prestado, así como el desglose de los mismos.
La factura será la garantía de los trabajos realizados, por lo que en ella debe también constar la fecha, a ser posible la hora, el N.I.F y los datos de contacto.
Si existe después de la reparación de la cerradura o bombín, algún problema, dicha factura servirá como garantía a todos los efectos legales.